¿Hay que ver para creer o
hay que creer para ver?
hay que creer para ver?
Seguramente has oído que "la fe mueve montañas", y tal vez piensas que tú no tienes fe. En realidad todos tenemos fe, pero la tenemos mal situada. Quiero decir que todos tenemos una fe inmensa en los desastres, en que las cosas siempre salen mal, en que no tenemos suerte, en que "si ponemos un circo, nos crecen los enanos", en que "si ponemos una sombrerería, los niños nacen sin cabeza", y otros pensamientos negativos por el estilo.
No es de extrañar que con tales pensamientos que sembramos continuamente en nuestra mente, recojamos los frutos de esas semillas negativas. Si siembras patatas, no puedes esperar recoger orquídeas, eso está claro, ¿no?
Nos levantamos y ¿qué es lo primero que nos viene a la cabeza? En lugar de pensar: ¡qué día más horrible!, puedes elegir pensar: ¡hoy voy a tener un día estupendo, lleno de sorpresas agradables!
Y cuando las cosas se ponen mal, pide Ayuda (a Dios, al Universo...), y confía. Es entonces cuando hay que mantenerse más firme en la fe.
No es de extrañar que con tales pensamientos que sembramos continuamente en nuestra mente, recojamos los frutos de esas semillas negativas. Si siembras patatas, no puedes esperar recoger orquídeas, eso está claro, ¿no?
Nos levantamos y ¿qué es lo primero que nos viene a la cabeza? En lugar de pensar: ¡qué día más horrible!, puedes elegir pensar: ¡hoy voy a tener un día estupendo, lleno de sorpresas agradables!
Y cuando las cosas se ponen mal, pide Ayuda (a Dios, al Universo...), y confía. Es entonces cuando hay que mantenerse más firme en la fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario